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¿EL UNIVERSO DE «EL CONJURO» YA DIO TODO LO QUE TENIA PARA DAR?

El último título lanzado por la saga cinematográfica del expediente Warren dejó mucho que desear entre los fanáticos.

«El conjuro 3, El diablo me obligó a hacerlo (The devil made me do it)», la octava película que conforma el torcido mundo de los Warren, se sitúa alrededor del Juicio de Arne Cheyenne Johnson, el primer caso en un tribunal de los Estados Unidos en el que la defensa del acusado usó como argumento la »posesión demoníaca» para obtener la absolución de responsabilidad personal a causa del delito cometido por el joven. Aparentemente Arne habría sido poseído por un demonio al intentar salvar a su pequeño yerno de 8 años, lo que significó la causa directa del asesinato a sangre fría de su casero.

Todas las películas de la saga están basadas en el expediente de los Warren, una pareja de investigadores de sucesos paranormales que se dedicaba a resolver casos de procedencia demoníaca. James Wan, dirigió la gran mayoría de los exitosos filmes que ocupan la pantalla grande desde el 2013, entre ellos, «El Conjuro», «El Conjuro 2» y «Anabelle». El detalle está en que este último título contó con un nuevo director, Michael Chaves, quien también dirigió «La Llorona«, una de las películas menos aclamadas de la saga.

A pesar de contar con grandes actuaciones y una producción audiovisual despampanante, la mirada del público se posó en el desempeño de Chaves como director, quien no supo construir la tensión necesaria para causar la adrenalina que un filme de terror debe reflejar. Si bien hay escenas que probablemente los hagan saltar de su asiento, los jump scares que estamos acostumbrados a ver en películas de este tipo brillaron por su ausencia.

A diferencia de sus predecesoras, «El Conjuro 3» se sitúa en un ambiente totalmente distinto al de la casona gótica donde ocurren los fenómenos paranormales. Gran parte de la película sucede en la corte donde Arne es juzgado, convirtiéndola en una especie de thriller de detectives, al estilo de «El Exorcismo de Emily Rose». Otra gran disidencia es la temática central sobre la que se orientó la trama, el amor. Más allá de su argumento paranormal, la última película de la saga adoptó la relación de los Warren como el arma más poderosa para combatir el mal, una herramienta un poco cursi y predecible.

Resulta imposible crear una saga en la que todos los títulos sean igual de exitosos, las últimas producciones siempre actúan como detractores para aumentar la audiencia y las ganancias, dejando el arte y el horror de lado. Las primeras dos películas de «El Conjuro» lograron ponernos a todos la piel de gallina, es una lástima que el título que complete este ciclo sea tildado de aburrido, simple y olvidable por más de un crítico. Muchos le adjudican este fracaso a Chaves, que no supo equiparar los éxitos dirigidos por Wan, aunque la trama por si sola tampoco resultaba convincente, ¿será que el universo de «El Conjuro» ya dio todo lo que tenía que dar?

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