Titulares

Entrevista a Daniel Gomez Rinaldi: «Me considero que soy fantástico»

Por Anabella Bulzomi.

“Me considero que soy fantástico”, confiesa  el panelista de los programas de chimentos. Sostiene que es buena persona, profesional, puntual y responsable. Exige y le gusta que el otro le devuelva de la misma manera. “Si esta pautado un horario, aprendí siempre de llegar antes, y estar atento y pendiente”, agrega.

Nos cuenta cómo es su profesión en el medio donde trabaja;  qué fue lo que lo impulsó a seguir la carrera de periodismo de espectáculos; sus aspiraciones y hobbies.

Hizo radio, gráfica y hasta escribió un libro.

Daniel Gómez Rinaldi, se levanta a las seis de la mañana, se baña, desayuna y a las ocho lo pasan a buscar para ir al canal 9. Llega a las 8:15, 8:20 aproximadamente, se va a maquillaje, peinado, vestuario y luego a la oficia de producción para armar los chimentos y toda la información que va a contar ese día. Comienza su jornada en el programa Que mañana!, por  canal 9, con Ariel Rodríguez Palacios. Y así, arranca su primer programa, de 10 a 12 pm. Cuando llega al piso a las 9:30 am, los técnicos están trabajando y los de cámara e iluminación. “Me siento en mi mesa y empiezo a repasar cada uno de los textos de la información, en general la información lo sé; pero es para marcar alguna frase en especial y leerla, o si quiero contar alguna frase que dijo los protagonistas de la información”, explica.

Al terminar el programa a las 12 pm, se queda con Ariel haciendo una pequeña reunión, pican algo de lo que quedo, hablan de cómo salió el programa: si estuvo bien; si estuvo divertido y qué hay para mañana. Luego, lo pasan a buscar para ir a Magazine. Está en un programa que se llama Chimentero con Beto Medina,  Fernando Piaggio; y tres veces a la semana va Anabel Guerrero para hablar del Bailando. Al llegar, es la misma rutina: maquillaje, vestuario. “Si hago tres programas en el día, no me gusta estar con la misma ropa. Tengo ropa en todos los canales”, agrega.

Después, tiene una reunión con el productor para ver los temas y taips que van a salir al aire. Revisa su sección de espectáculos y chimentos, que tiene en el plasma con los tweets de los famosos.

Se desocupa eso de las 16:30 y siempre tiene actividades para hacer: como ir al teatro, ir a ver algún desfile, algún estreno de película; o alguna reunión de trabajo o con un amigo.

De chico le gustaba el periodismo. “Esa cosa de viajar, conocer gente y comunicar, contar, esa cosa de querer contar lo que vivís o qué es lo que pasa. Eso fue lo que me disparó de chico”, explica.

Hizo el secundario, y en quinto año buscó en el libro La guía del estudiante, algún instituto que enseñaran periodismo. “En ese momento no existía la carrera de periodismo en la universidad del estado; entonces había institutos privados”, comenta. Eligió el instituto llamado Grafotécnico o Escuela superior de Periodismo, que en aquella época estaba ubicado en Moreno y Combate de los Posos.

Además agrega: “Algunas materias me parecían buenas, otras me daban la sensación que no había ejercicios; por ejemplo esto no existía. Y eso es lo más importante; hacer notas, el reportar, el entrevistar, el salir a la calle. Lo nuestro era muy teórico, muy de aula.”

Empezó en gráfica y la describe como algo apasionante. Se desempeñó en una revista, similar a ¡Hola!, donde se hablaba de personajes patricios del país, de familias importantes, deportistas, modelos y determinadas actrices. En su época, tenía que grabar con un cassete grande y tardaban más en la preproducción de la nota, en combinarla, desgravarla y armarla.

“Me gusta leer notas, donde el periodista te haga una previa y que además entre la pregunta y la respuesta, te vaya contando si por ejemplo, si sonrió, si le pego una pitada a su cigarrillo, si tragó un sorbo de café”, comenta.

 Después, experimentó con la radio. Hizo una previa en la radio de San Martin. “La radio es una cosa de locos, que llegas instantáneamente y no sabes hasta dónde te están escuchando, y la tele tiene esa cosa inmediata. Salís a la calle y todo el mundo te dice: te vi y te escuché, vi la nota, vi el chimento”, agrega.

Además explica: “Igual hoy con las redes sociales, todo es más rápido y en mi época eso no existía ,y no hace tanto tiempo.”

Si por motivos de la vida, no hubiera podido seguir con la carrera de periodismo de espectáculos, Daniel elegiría (en broma),  la profesión de taxista. Por no estar encerrado en un lugar físico y tener sus propios tiempos. Pero nunca se lo ocurrió tener la posibilidad de cambiar o de dedicarse a otra carrera.

Trabaja de lunes a lunes. No tiene días de descanso, porque los sábados y domingos hace Implacables, en el canal 9. Para desenchufarse del trabajo está su familia y sus plantas. Su familia esta integrada por su madre, su hermana y su sobrina. Le encanta ir a su casa familiar.

En masetas tiene sus plantas de limonero, y sus frutillas que crecen todo el año. También, cosecha albaca, tomillo y geranio.

Con respecto a su hobbie, se destaca por ser coleccionista de azulejos antiguos de principio de siglo. En una época, se divertía yendo todos los fin de semana a San Telmo, y hasta cuando estaba muy enloquecido por ese hobbie se iba día por medio a buscar azulejos antiguos a casa de antigüedades y al mercado de pulgas en Dorrego. “El hobbie es una linda manera de despejarte y de tranquilizarte un poco de la locura y del estrés de todos los días”, agrega.

Escribió un libro. Una biografía de Amelia Bence, una actriz del cine de oro. “Es contemporánea a Mirtha. Tiene 100 años y está viva. Es un mito viviente e hice un libro de ella, con su experiencia de cine”, explica.

Tiene planes de hacer dos libros más. Uno de catálogos de sus azulejos antiguos, que no hay libro de azulejos en argentina. Y el otro está relacionado con la televisión.

 

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