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ENTREVISTA A PAULA HERNÁNDEZ, DIRECTORA DE «LAS SIAMESAS»

Entrevistamos a Paula Hernandez, Directora de «Las Siamesas«, film que se presentó en el Festival de Cine de Mar del Plata, protagonizado por Rita Cortese y Valeria Lois. Paula también dirige «Los Sonámbulos» película argentina elegida para representar al país en los Premios Oscar.

¿Cómo surgió la idea para la historia que cuenta la película?

Paula Hernández: “Las siamesas” surge a partir de un cuento de Guillermo Sacomano, que leo en el 2017, en pleno momento en donde estoy tratando de encarar la producción y el rodaje de “Los Sonámbulos” que venía muy demorada. Y a partir de ahí, intentando buscar otros proyectos,  porque se me hacía muy larga y difícil la espera, aparece este cuento, y empezamos a pensar junto a Rita Cortese y Valeria Lois si podíamos adaptar ese texto a algún tipo de experiencia teatral. Hicimos algunos intentos, ensayos, lecturas del material y después de un par de meses decidimos que íbamos a encararlo por el lado del cine asique me presente a una beca del Fondo Nacional de las Artes para el estímulo a la creación y ahí empecé a desarrollar las primeras ideas de adaptación del cuento después de haber hablado con Guillermo.

Teniendo en cuenta que tenían que plasmar un vínculo complejo ¿Cómo fue el proceso de escritura del guión?

PH: El premio del Fondo Nacional de las Artes me permitió dedicarme a buscar referencias visuales, a incorporar algo de lo que habíamos trabajado con las actrices en ese tiempo y empezar un proceso de adaptación. Porque el pasaje de un texto prosa a un guión implica un replanteo de ese material, hay muchos agujeros que hay que llenar, porque el relato fílmico exige de otras cosas y fueron apareciendo otras líneas narrativas, algunas modificaciones en relación al final, pero básicamente, el vínculo entre esa madre y esa hija es lo que a mí me motivo y me inspiró del cuento, es lo que manda en la película. El guión lo escribí en un principio con este tratamiento y el abordaje de personajes lo hice sola. La escritura, lo co escribí con Leonel D´ Agostino, con quien ya había trabajado en mi otra película, “Un amor” que venía de un cuento de Sergio Vizzio.

¿Qué te motivó a nombrar de esa forma a la película?  

El nombre de la película viene del cuento, lo respete porque me parecía una gran idea contar este vínculo tan simbiótico de estas dos mujeres con tanta imposibilidad de abordar un desapego y de poder imaginarse una sin la otra, entonces “Las Siamesas” funciona metafóricamente de una gran manera, tanto en el cuento como en la película.

¿Tiene alguna parte autobiográfica?

No es autobiográfica, pero si por supuesto siempre hay reflexiones que son propias, que también salen del cuento y se desprenden hacia otros lugares, que tiene que ver un poco con una reflexión sobre el vínculo. El vínculo madre-hija, algo de eso explore en la película anterior, en “Los Sonámbulos” y en este caso me interesaba ya de una manera más extrema y metafórica pero bueno, sí, pensar, en ese encierro espacial y emocional por el que transitan los personajes, un poco pensar sobre el vínculo, sobre la capacidad o incapacidad de estos personajes de desprenderse, sobre el amor, la libertad que también debería encerrar el amor, sobre esta cuestión de dejar volar a los hijos. La reflexión parte del cuento.

En el film se puede ver el fuerte y conflictivo vínculo entre la madre y la hija, hay un gran acierto de casting y nivel actoral ¿Cómo fue el trabajo previo al rodaje con las protagonistas, tuvieron ensayos?

El trabajo con las actrices tuvo unas primeras ideas, primeros abordajes que surgieron cuando pensábamos en una experiencia teatral y eso quedo ahí latente, después yo hago una escritura de guión, que fue conformando otras cosas en los personajes. Y hubo un punto de partida interesante que fueron unas fotos de Adriana Lestido, que a mí me gusta mucho, que hace unos años saco un libro sobre vínculos de madres e hijas, y había algo interesante, un caso de una madre e hija que eran muy similares, casi siamesas, con poca diferencia de edad, y había algo que las unia de manera muy contundente en su imagen; y eso también me paso cuando leí el cuento de Sacomani, me vino esa fotografía a la cabeza, eso fue un punto de partida, que compartí con las actrices. También hubo otro que fue relacionado con el universo de un fotógrafo que se llama Martin Par. Que me gusta mucho lo que hace. Y ahí empezó ver como se iba construyendo entre la palabra y lo visual junto con ellas en conversaciones; ir fotografiando personas, gente que veíamos en la calle, madres e hijas que nos llamaban la atención, todo eso fue como de investigación, tanto con Rita como con Valeria yo ya había trabajado, Valeria trabajo en tres de mis películas, y con Rita Cortese había hecho “Herencia”, o sea que también había un conocimiento profundo, compartimos muchas cosas con ellas y ellas además habían hecho alguna experiencia corta juntas y se habían quedado con el deseo de trabajar juntas. Asique fue muy placentero en ese sentido, trabajando entre las tres.

Rita Cortese y Valeria Lois en «Las Siamesas».

Después, cuando la película se puso en marcha fue muy complejo porque fue un momento en el que yo estaba estrenando “Los Sonámbulos” y viajando por los festivales entonces los tiempos de encuentros eran acotados, a medida que yo tenía tiempos libres acá, antes de volver a viajar, pero lo que aprovechábamos de esos momentos era leer, repetir, repensar, escucharlas y trabajar. Fue una preproducción extraña porque fue muy atravesada por Los Sonámbulos pero al mismo tiempo fue muy interesante.   

En relación al rodaje, el punto de partida era que se pudiera rodar en 15 días, y está escrita de esa forma, sabiendo esos condicionamientos, yo no tenía ganas de hacer una película muy grande, me gustaba la idea de hacer una película más libre, más pequeña. Casi como irte de vacaciones con tu grupo de amigos a una playa y algunas situaciones que filmamos acá en la ciudad, y como un espíritu más de cortometraje, de primera película, sin el peso que yo venía cargando con “Los Sonámbulos” que fue más compleja en todo sentido. Fue un rodaje muy ameno, de 15 días, un equipo muy chico, que nos hizo muy bien a todos. El trabajo previo que tuvimos creo que ayudo a que también el rodaje pudiera ser efectivo, las actrices tenían mucho texto, había que encontrarle el tono a esos textos, y eso fue todo un trabajo que se hizo en la preproducción y después hubo que ajustarlo  en rodaje, hay muchas escenas que quedaron afuera, no por cuestión de longitud sino por una cuestión de estilo que me pareció mejor prescindir de algunas cosas que era mejor verlas más que escucharlas, la película está muy sostenida por el texto y me parecía que el texto que tenía que quedar era el que realmente tuviera un sentido.  Fue un muy lindo trabajo, una experiencia muy diferente a la anterior y casi como una película libre y con amigos.

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