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FABIÁN FORTE, DIRECTOR DE «COSA E MANDINGA», NOS CUENTA SOBRE EL RODAJE Y SU TRAYECTORIA.

En diciembre del 2020 se terminó la grabación de la película Cosa E Mandinga del director argentino, Fabián Forte, la cual estuvo detenida durante la pandemia. La película estará protagonizada por German de Silva, Moro Anghileri, Lorena Vega, Ezequiel Rodriguez y Maria Laura Cali. Además, es producida por Coruya Cine

Cosa E Madinga se centra en la relación que hay entre un chamán y su hija, que perdió su fe y abandona a su padre en un manicomio. Contada con fragmentos de flashbacks y del género terror fantástico busca plasmar lo que es la pérdida de raíces. La película también se conoce como Legions, nombre con el cual será representada en el exterior.

Fabián Forte nació en Buenos Aires y estudió en la Escuela Superior de Cinematografía. Ha dirigido y escrito 10 películas, y como asistente de dirección aproximadamente 40. Sus películas de género más conocidas son El Muerto Cuenta Su Historia (2016), La Corporación (2012), Carnal (2003) y respecto a las comerciales Socios Por Accidente (2014) y Cantantes en Guerra (2017). 

Ha estado nominado a los Premios Cóndor de Plata, en Brussels International Festival of Fantasy Film (BIFFF) y en el Festival de Cine de Mar Del Plata. Por otro lado, sus películas han sido reconocidas en festivales como Buenos Aires Rojo Sangre, Macabro Film Festival y es ganador a mejor director en el San Francisco Fearless Tales Genre Festival (2005) por su película Carnal

Hablamos con Forte para conocer la experiencia del rodaje y sobre su vocación como cineasta. 

NC — ¿Por qué elegiste este nombre y qué te inspiró llevar a cabo esta historia tan diferente?

Cosa E Mandinga es una película fantástica, tiene escenas de terror, escenas de comedia. Me gusta mezclar ambos géneros, tanto el terror como la comedia. Me parece que es una fusión muy interesante. Se me da escribir de esa manera, no significa que no me guste el género terror serio, por supuesto. A su vez la película habla del chamanismo, que cuenta sobre la pérdida de fe, y sobretodo la pérdida de las raíces.

La película tiene sus toques localistas, habla de Cuarayá, que es una bestia que hemos creado nosotros para la ficción en concreto. Cosa E Mandinga se refiere a una frase que hace uno de los personajes de la película al ver que suceden muchos fenómenos relacionados con el diablo, muchos fenómenos fantásticos, si se quiere, dentro de la institución donde este personaje esta metido, que es un manicomio. Al ver tantos personajes fuera de contexto, tantos personajes malditos, endemoniados, él se expresa de esta manera, “cosa de mandinga”, que es una expresión bastante localista.

NC — ¿Cuánto tiempo lleva este proyecto y cómo fue el proceso de rodaje? Se conoce que se detuvo por la pandemia.

— La película tiene un proceso largo. Es un proyecto que escribí en el 2015. La recibió la productora Coruya Cine, Javier Diaz es el productor. Él confió en el proyecto, lo presentamos al instituto, y año y medio más tarde el comité lo aprobó y empezamos a trabajar en otras versiones del guión. Por otro lado, a medida que pasan los años nuestro dinero se devalúa y el guión empieza a tener problemas financieros. El guión era un guión bastante grande, cosa que se puede notar en la cantidad de locaciones, en cantidad de personajes, en los efectos que va a tener. Tiene mucho apoyo de maquillajes, prótesis, materiales generados en el rodaje pero, a su vez, tiene mucho trabajo de bfx y efectos visuales en postproducción. Creo que es una película distinta en ese sentido para nuestra filmografía. El año pasado grabamos el 85% en CABA. Hicimos incluso dos unidades para poder concretar el plan de rodaje, que fueron 17 días. En un comienzo iban a ser cinco semanas, después cuatro semanas de rodaje, luego 20 días y terminaron siendo 17. Esos tres días que no pudimos tener, hizo que tengamos que tener una segunda unidad. Eso significa tener un director asociado que dirija algunas escenas de la película con otra unidad. Mientras nosotros estábamos grabando escenas con el protagonista, él estaba grabando escenas con otros personajes. De esa manera pudimos lograr hacer todas las escenas que tenía la nueva versión del guión, que ya era como la versión 15, imagínate. La industria audiovisual fue una de las últimas en reactivarse por la pandemia, así que por suerte pudimos resolver la película en estos días. Fue en agosto que empezamos a hablar de la posibilidad de comenzar a grabar en diciembre, en noviembre hicimos todo el trabajo previo, viajamos el 30 de noviembre, estuvimos 20 días en Misiones en la ciudad de Posadas y grabamos cinco días, o sea, una semana de rodaje con dos semanas de preproducción. Y ahí terminamos de darle un punto final a la etapa rodaje de la película. Así que mira qué proceso largo que hemos tenido. Yo calculo, hablando de lo que es la postproducción, que a mediados del 2021 la tendremos lista.

Fuente: Enfoque Misiones

NC — A pesar de ser un proceso complicado por la pandemia, también debe haber buenos recuerdos y anécdotas del rodaje. ¿Qué es lo que más disfrutaste de trabajar en esta película?

— En lo personal, a mí me sucede que siempre que realizo una película trato de disfrutar el proceso de hacerla, porque yo nunca pierdo de vista que soy un tipo afortunado de poder hacer este trabajo, de poder dirigir cine. Es una profesión que amo y para mí es una fiesta poder hacer una película, poder tener la posibilidad de tener un equipo humano y el dinero para contar una historia audiovisual. Más allá de los problemas que uno puede llegar a tener, que siempre son muchos, trato de disfrutar el proceso, de adaptarme a los rodajes, trato de adaptarme a los problemas y de resolverlos. Siempre tengo la película en mente, la tengo dibujada plano por plano. Sé lo que quiero y entiendo cómo resolverla. Pero a veces sucede, por cuestiones económicas o cualquier cosa, que hay escenas que no las podés contar de la forma que la tenés ideada, por lo que uno tiene que saber adaptarse sin perder la alegría de estar en contacto con el material. Generalmente siempre trabajo con las mismas personas, para mí es como una familia. Una muy buena película puede llegar a salir del backstage. Básicamente creo que hay que disfrutar del proceso de realización, del encuentro con actores y actrices, del equipo técnico de especialistas en cine. Trato de poner acento en los personajes, en poder crear personajes que sean verosímiles, creíbles, personajes con los que el espectador pueda comprometerse e identificarse.

NC — ¿Hay fecha de estreno?

— La fecha de estreno no se sabe, es un misterio. Porque también es un misterio cuando la vamos a tener terminada. Calculo y estimo que estará a mediados de año terminada pero no lo puedo asegurar. En general sucede que vos cuando estas realizando tu película, no sabés la fecha de estreno. A veces terminás una película y se estrena uno o dos años después. Cada película tiene su camino.

NC — ¿Cómo nació tu pasión por el cine y cuándo supiste que era a lo que te querías dedicar?

— El cine estuvo marcando mi vida en cada paso, desde muy pibe me juntaba a ver películas con mis amigos y con mis viejos iba al cine todos los fines de semana. Con mis amigos me juntaba a ver películas en VHS en la época de los videoclubes, te estoy hablando de los 80’s. Al comienzo veía muchas películas de género, es mi primer amor, la mayoría de mis películas son de género terror o fantástico. Trabajé en un videoclub desde los 13 años. Era un pibe muy inquieto que veía mucho tipo de material y me la pasaba recomendando películas, y bueno, así fue que empecé a trabajar. Cuando terminé el secundario me dediqué a investigar cómo ser director de cine. Ahí me inscribí en un curso que daba el ENERC y ahí me terminé de enamorar. Luego hice mi carrera en una escuela privada llamada Escuela Superior de Cine y ahí hice mi carrera en Técnico en Dirección Cinematográfica. Terminé en el 99 de estudiar y en el año 2004 empecé a trabajar en la industria en películas pequeñas, de bajo presupuesto, de terror y pensadas para el mercado extranjero, incluso habladas en inglés. Empecé a trabajar como asistente de dirección porque previamente yo había hecho varios cortometrajes, había experimentado diferentes formatos audiovisuales y había hecho mi primer película, Mala Carne, de manera independiente con un grupo de amigos. La hicimos en el año 2002 y la terminamos en el 2003. La película participó en varios festivales, entre ellos, en el BARS (Buenos Aires Rojo Sangre) que es un festival de CABA. Ahí mi película hizo un poco de ruido y me llamaron para ser asistente de dirección y así empecé a turnarme como asistente de director y director. El trabajo como asistente de dirección hizo que yo conozca varias productoras, productores, personas del ambiente audiovisual y eso hizo que pueda presentar mis proyectos y que sean aprobados. Por eso siempre digo que mi trabajo como asistente de dirección alimenta mi trabajo como director. 

Fuente: Vimeo

NC — La mayoría de tus películas tienen ese enfoque sangriento, de terror. ¿Cuáles fueron tus más grandes referentes para darle esa mirada oscura a tus películas?

— Creo que el cine de los 80’s y 90’s me marcaron muchísimo, el cine de género de esos años. Eso no significa que no me gusten película actuales, por supuesto, pero hay algo de ese cine, en lo lúdico, los efectos, las disfruto muchas veces más que las películas actuales que tienen efectos digitales, donde a mí ya no me interesa, me interesan los efectos físicos. Creo que los efectos digitales tienen que ayudar al efecto físico, pero no basarse por entero en lo digital. Las películas de hace 30 años atrás fueron la base del cine que me enamoró. Pero a su vez soy una persona que ha incursionado en la literatura de ciencia ficción, me gusta mucho disfrutar de un buen libro, de ciencia ficción, novelas de terror, desde Poe hasta Bradbury. Creo que también esa base literaria influye en las historias que creo. Pensando en qué me inspira es una mezcla del cine que te comenté y la literatura.

NC — ¿Cómo fue tu trayectoria para llegar a ser un director de cine con reconocimientos?

— Tiene que ver con lo inquieto que seas, que tengas muchos proyectos escritos, eso es importante. Los proyectos deberían tener siempre una lógica de producción, entender cuál es nuestra industria y qué tipos de historias podemos hacer nosotros aquí en nuestro país. Escribir sabiendo los costos. Así hice mi primera película Mala Carne, de manera independiente, con un grupo de amigos, en una etapa que yo estudiaba teatro y actuaba. Es una película que escribí para que suceda en una sola locación con seis personajes principales, y como el dinero salía de nuestro bolsillo, no teníamos más dinero que para seis días. Entonces dije bueno listo, la realizo con pocas fuentes de luz, la edito en cámara y ahí ahorro un dinero de edición. O sea, traté de resolverla con el poco dinero que teníamos. Entonces tenés que tener una estrategia para hacer tu primer película, y esa primer película, yo te aseguro, que si la mandas a festivales, si buscas la forma de que sea vista, de que entre en mercados, ahora con las redes podemos comunicarnos con todos los festivales que queramos. Si tu película impacta entonces empieza a tener cierto nombre y tal vez la vas a poder vender. Nosotros con Mala Carne la pudimos vender dos años después. Este es un poco mi camino. Nunca me quedé quieto, amo el cine, amo mi profesión y siempre estoy pensando en un nuevo proyecto y en propuestas para llevar adelante. 

NC — Ser director de cine no es fácil. ¿Cuáles fueron esos obstáculos que se fueron interponiendo, si los hubo, y qué te hizo no tenerlos en cuenta para llegar a ser profesional?

— Obstáculos siempre hay. Ya de por sí dedicarte a trabajar en una rama del arte socialmente es utópico. Depende también de un montón de cuestiones, el país donde te toca vivir, la educación que hayas tenido, si pudiste estudiar o no. Eso desde ya es un primer obstáculo. Después está el obstáculo personal, el que uno tiene adentro. Hay un sensor que todos tenemos, “el critico” le digo yo, que a veces nos hace la vida imposible y que tenemos que aprender a llevarnos con él, tenemos que aprender a confiar. Por eso siempre digo que esa estructura de confianza que uno va armando con los primeros cortometrajes que uno va a haciendo al comienzo de la profesión. Cuando esos cortometrajes son seleccionados en festivales, cuando esos personajes tienen un recorrido y te felicitan, van creando la confianza en vos. Hay gente que tiene un critico muy poderoso y decide dejar su profesión, decide cortar y dedicarse a otra cosa, no es fácil. No es fácil el mercado, la industria, estamos en un país con una industria compleja, una pequeña industria. Tenemos la ley de cine que es una ley maravillosa, contamos con el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales que nos provee el dinero para hacer nuestras películas. Pero bueno, a su vez estoy hablando de cuando el instituto funciona. Nuestras películas se tienen que defender por sí solas y cuesta, cuesta lograrlo. Yo creo que hay mucho talento y mucha calidad en el cine nacional, tenemos voces muy diversas, tenemos diferentes tipos de películas. Por eso te digo, obstáculos, muchísimos, tienen que ver con la industria, con cómo está el mundo hoy, con los problemas económicos, sociales y muchos son personales, con la experiencia que todos tenemos y con el camino que cada uno recorre. Yo creo que lo importante a la hora de dedicarte al cine es amar la profesión, ser incondicional con tus sueños, elegir cuáles son los sueños que se pueden concretar y cuáles son utopías, rodearte de gente que te va a apoyar, gente talentosa. Esa es otra cualidad de un buen director, rodearte de buena gente. Para mí es fundamental tener un equipo, aliados, es fundamental tener socios en la aventura de hacer cine.

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