Las empresas de tecnología se adelantan y ofrecen ya la séptima generación de conexiones inalámbricas (Wifi) a operadoras y usuarios en plena guerra de precios.
La mayoría de los hogares han incorporado más de una decena de dispositivos conectados al Wi-Fi doméstico que reclaman más capacidad y velocidad para un uso adecuado, como es el caso de la retransmisión audiovisual de calidad, los videojuegos o el teletrabajo.
Las operadoras responden ofreciendo ya conexiones de hasta un gigabyte, lo que significa una capacidad de intercambio de algo más de mil millones (2³⁰) de bytes por segundo Las operadoras responden ofreciendo ya conexiones de hasta un gigabyte, (aunque en la Argentina el promedio de conexión fija ronda los 70 megabits) pero este aumento de oferta y demanda de datos contrasta con la existencia mayoritaria de routers, con tecnología Wi-Fi 5, incapaz de digerir eficazmente este tráfico.
Chris Szymanski, directivo de Broadcom, considera crítico el paso a las nuevas generaciones de interconexión inalámbrica.
La gran mayoría del tráfico, según explica, se gestiona a través del router, al que se conectan casi todos los dispositivos.
Por eso en muchas regiones del planeta, lo convierte al router doméstico en un elemento fundamental que, sin embargo, no se actualiza de acuerdo con la nueva realidad.
Las redes Wi-Fi actuales no tienen la capacidad suficiente para atender la gran demanda de conexiones y de aplicaciones.
La migración es necesaria a las últimas generaciones para evitar los problemas de congestión tan habituales y las quejas por parte de los usuarios.
La tecnología está disponible, pero queda que las operadoras la ofrezcan, el usuario la demande y los países pongan a disposición el espectro necesario y esto abre nuevas posibilidades en velocidad de acceso y ayudará a resolver el problema de congestión.
