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LA MANICURA SEMIPERMANENTE Y SU EFECTO EN LA PIEL

En los últimos días salió a la luz un caso que relata cómo una joven desarrolló un carcinoma ungueal como resultado de una manicura con lámpara de secado. Este hecho trascendió en las redes sociales y es lo más hablado. ¿Cuál es el riesgo de realizar esta práctica con frecuencia? ¿Qué cuidados tengo que tener en cuenta?

Banco de imágen: Freepick

Cada vez son más las mujeres que optan por la manicuría semipermanente, por su principal beneficio de larga duración. Con fines estéticos se sigue la moda de las uñas pintadas de diferentes colores y diseños. 

En los últimos años se desarrollaron esmaltes en base a gel: tienen una serie de monómeros (como pequeños eslabones de una cadena) que al secarse forman un polímero y se endurecen, por lo que las vuelven más resistentes. El problema es que ese secado implica el uso de lámparas de luz ultravioleta.

La Dra. Sabina Hairabedián – Medica dermatóloga (MP.24907-4) aclaró a Novedad Cultural algunas dudas para no alarmarnos.

«Es muy frecuente que me consulten pacientes porque al hacerse las uñas con este tipo de esmalte, las uñas se tornan frágiles,  se descaman, se doblan, se despegan, cambian de color (decoloradas o más oscuras) a veces se hacen muescas, hoyitos, costras alrededor.  Crecen poco, o no crecen , pero no siempre van a ser por un cáncer, será el dermatólogo que detecte estos cambios y realice una biopsia para confirmar o descartar ese diagnóstico. »

¿Por qué es comentado por miles de personas en las redes sociales?

Se volvió viral por el relato de Florencia al medio Infobae donde comentó cómo acudió a los médicos por la aparición de una mancha en la uña.

“Pensé que podía ser humedad, pero en cuestión de una semana la mancha pasó de ser muy chiquitita a tomarme toda la uña”, cuenta en la nota Florencia, vive en la Ciudad de Buenos Aires y tiene 26 años. “Enseguida la uña empezó a desprenderse, si la tocabas adentro se sentía como un ruido hueco”.

Así es como muchas personas usaron como medio las redes sociales para contar su historia.

@JulietaLopezRivas

Este incidente nos recuerda la importancia de ser conscientes y tomar precauciones en nuestras rutinas de cuidado de las uñas. 

Hay que destacar que este no es un fenómeno nuevo en el ámbito médico. De hecho, uno de los primeros informes que advirtió sobre esta posibilidad data del año 2009.

Manicura responsable

¿Crees que siguiendo las advertencias se puede seguir con estas prácticas?

“ Sí, totalmente posible siempre y cuando haya  un estímulo de RUV (radiaciones ultravioletas) sostenido y repetido en el tiempo, cómo es el caso de Florencia que se hizo público días atrás, en el cual ella estuvo expuesta por dos años y medios, de forma quincenal. Imaginemos por un momento, que las RUV fueran monedas, y nuestra piel una alcancía, y cada vez que nos exponemos depositamos una moneda… la ecuación es simple luego de múltiples exposiciones y teniendo en cuenta este efecto acumulativo que caracteriza a las RUV el daño está hecho.
No desaconsejo el uso, de hecho yo eventualmente me hago las uñas con ese método. Eso sí, sugiero no hacerlo quincenal y dejarlo reservado para ciertos eventos. Y en el caso que la persona decida sostener esta práctica de manera frecuente debe usar protector solar y/o guantes, que pueden conseguirse fácilmente en mercado libre, que vienen ad hoc para cabinas» , comentó la dra. Sabina Hairabedian.

La radiación UVA no está libre de efectos adversos: la mayor parte de la toxicidad ambiental de los rayos UVA se atribuye al uso de productos comerciales, como las cabinas de bronceado. Luego de una exposición prolongadas a UVA, las células de la piel tienen más chances de desarrollar carcinoma. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ha clasificado a los rayos UVA como carcinógenos. Sin embargo, a pesar de esta advertencia, la radiación UVA se usa ampliamente en productos de consumo como los secadores de esmalte de uñas.

Cabe destacar que, en la mayoría de los casos, tanto las uñas como las manos se irradian hasta 10 minutos por sesión. Comúnmente los usuarios asisten a cambiar su esmalte o retocarlo cada dos semanas.

«Hay que evitar hacerlo como hábito, porque la protección con estos métodos es parcial, ya que no hay forma de proteger debajo de la uña. Asique mi consejo es implementarlo para ciertos momentos de la vida«, respondió la dermatóloga sobre el uso de este tratamiento en las uñas.

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