Actualmente, es importante cuidar cada aspecto que se comunica. Esto ya sea en el ámbito musical, cinematográfico o literatura. Desde este punto, una nueva forma de evitar problemáticas esta de auge en las novelas y editoras de libros. La misma, son los lectores de sensibilidad.
Los lectores de sensibilidad son un grupo heterogéneo que contratan las editoras para prevenir susceptibilidades que puedan afectar a los usuarios. Este equipo puede advertir a los escritores sobre posible «contenido ofensivo».
LECTORES DE SENSIBILIDAD ¿ALGO POSITIVO O NEGATIVO?
En función del rubro literario, este conjunto de individuos ha causado controversias en sus funciones. Un ejemplo de ello es la revisión de los libros de James Bond, creados por Ian Fleming, para adaptarlos a las nuevas generaciones.
Para algunos, los lectores de sensibilidad connotan una evolución por parte de la sociedad en ciertos contenidos. Sin embargo, otros pueden considerarlos como una especie de censura para los grandes clásicos literarios.
De acuerdo con Helen Gould, una lectora de sensibilidad citada por el diario «The Guardian» ,determinó que culpar a su profesión de los cambios realizados de forma implícita o explícitas de los textos, es darle más poder de los que tienen. Desde este punto, aseveró que no edita textos directamente dado que hacen sugerencias editoriales antes que se publiquen.
«Lo último que quieres es publicar un libro y luego que mucha gente en redes sociales se sienta ofendida por ello», explicó la lectora de sensibilidad sobre el rol que tiene en el ámbito editorial.
Un caso controversial fue con los libros infantiles de Roald Dahl. Historias como «Matilda» y «Charlie y la Fábrica de Chocolate» serían reescritos nuevamente para evitar contenido ofensivo. El comunicado fue realizado por la editorial Puffin Books y el público se conmocionó debido a las nuevas exigencias del mercado.
«Creo que el principal problema con los cambios de Dahl, es que no estaban bien hechos y no tienen su voz auténtica. Estoy seguro de que en el caso de los libros, no fueron los propios lectores sensibles quienes hicieron esos cambios», determinó el agente literario Jonny Gellar.
En definitiva, el lector de sensibilidad puede hacer sugerencias editoriales. Sin embargo, no cumple el rol de decidir la reescritura de un libro o novela reconocida. En ese caso, el enfoque está en el mercado y el punto de vista de las editoriales.
