Explorando la compleja relación entre el ecosistema del arte digital y las promesas del paradigma NFT como motores de búsqueda en un futuro cada vez más incierto.
En marzo del 2020 nuestras vidas reales fueron puestas en pausa, dando lugar de manera casi predominante, a existencias virtuales. Vertiginosamente pasamos de una materialidad donde el vivir rápido, morir joven y dejar un cadáver bonito decantó en el más profundo vacío inmaterial. Esa nueva realidad modificó definitivamente los intercambios en distintas dimensiones sociales, teniendo que adaptarnos lo más rápidamente posible. El aislamiento apalancó la explosión de la industria Fintech y las inversiones digitales, escoltada por promesas de abundancia infinita bajo los términos de la democratización en el acceso y la transparencia. Así, un territorio de gran potencialidad fue convertido en alternativa posible ante la urgencia de la recompensa inmediata: el arte digital.
Las NFT (Non Fungible Token), son certificaciones digitales de autenticidad que utilizan la tecnología blockchain, la misma empleada en las criptomonedas. Una fotografía digital, una performance registrada en video, una pieza sonora o cualquier hecho artístico no material podrían considerarse dentro de la dimensión de piezas certificables. Este mecanismo también se presenta como facilitador de autentificación y comercialización, proponiendo evitar innecesarios actores intermediarios del viejo sistema del arte como galeristas, curadores y gestores culturales.
Tratando de dilucidar los potenciales alcances de este nuevo paradigma nos reunimos con Jana Fanjul, artista visual, gestora cultural y directora de http://hijasdelarte.net una comunidad (física y virtual) de creación, colaboración y experimentación artística. Durante 2022 esta comunidad motorizó los encuentros Pixel en el que se dieron cita artistas, emprendedores digitales, desarrolladores w3b, collectors y pensadores de este nuevo paradigma para compartir información, experiencias y aprendizajes.
NC: Jana ¿podrías describir el rol de un gestor cultural y cómo se relaciona o complementa con otros actores integrantes del sistema del arte?
JF: Para mi, la gestión cultural es rizomática. Nos gusta la imagen de un sistema donde cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro, sin jerarquías. Una Gestora Cultural en principio se encarga de brainstormear ideas posibles -acá tiene que tener mucha creatividad y paciencia porque quizás de las 1000 que propone, solo se lleva adelante 1. Presupuestar, armar planes de acción y de comunicación, hacer research de potenciales involucrados, linkearlos entre sí, coordinarlos para armar agenda, producir (buscar por cielo y tierra lo necesario para hacerlo realidad), y estar presente en la materialización de la idea. Y cada idea necesita de diferentes actores para llevarla a cabo. Ahí es donde entran los artistas, curadores, montajistas, directores, coleccionistas, formadores, content creators, etc. La verdad es que ningún proyecto se puede llevar a cabo sin la ayuda de otros. Como dice Kekena Corvalán, la multiplicidad no se da por la interdisciplinariedad, sino por juntar personas y punto. Cada una es un universo que aporta su experiencia, siempre valiosísima y necesaria. En Hijas nos preguntamos, ¿Qué podemos mejorar de la práctica? ¿Hacia dónde va la gestión cultural? Cómo podemos integrar la ecología y la espiritualidad para una gestión holística?
NC: Teniendo en cuenta que dentro del paradigma de las NFT’s enfocadas al arte las plataformas proponen democratizar el acceso al mercado así como evitar intermediarios entre autor de una pieza artística y quienes la adquieran ¿cuáles son los desafíos a futuro que se le presentan al sistema del arte tal y como lo conocemos?
JF: Me gustaría enfocarme en el sistema de arte Argentino, que es el que más conozco. En mi opinión el System es muy pequeño y no llega a abarcar la cantidad de artistas increíbles que hay en nuestro país. Argentina es un semillero cultural gigante. Las galerías son pocas y por lo tanto exclusivas. La autogestión es el sistema más exitoso que tenemos, así que en ese sentido creo que estamos curtidos para insertarnos en la tecnología w3b. Acá la mayoría de los artistas siempre venden de manera independiente, sin intermediarios. Y el System va a ser siempre System. Ni la w3b ni nadie va a interferir en sus ventas porque son mundos distintos. Las gales en Argentina venden principalmente arte contemporáneo… la w3b vende arte digital, arte computacional, meta-arte hipercontemporáneo como nos gusta llamarlo en Hijas. El desafío más grande que van a enfrentar es mantenerse vigente con una estética y conceptualización que pronto va a parecer trillada y clásica…
NC: Desde Hijas del Arte ¿detectan patrones estéticos específicos o innovadores en piezas NFT’s?
JF: El patrón estético que se puede ver hoy en día planta sus bases en el posthumanismo de Rosi Braidotti. Pensar al ser humano como una especie, igual de valiosa que otras, a la ecología y la espiritualidad. Se piensa en el diálogo entre el ser y la tecnología como un acto simbiótico que nos ayuda a conocernos más. También aparecen los aliens, el darkness, las texturas, los sonidos ASMR y la política. La política pensada globalmente, más vinculada a los derechos humanos que a un partido o nación específica. Siguiendo con la misma línea de la gestión, las prácticas artísticas ahora son más colaborativas. Necesitás si o si del otrx para aprender herramientas de softwares o para hacer código. La idea del artista individual siento que se va diluyendo. Ahora están más conectados que nunca por la virtualidad y con muchas ganas de hacer colaboraciones.
NC: Desde tu rol de gestora cultural ¿considerás que se han producido cambios en las prácticas artísticas a raíz de la explosión del fenómeno NFT’s ?
JF: Si! Veo cambios a nivel gestión y práctica. En gestión se ve un mayor apoyo entre las personas. Se ha vuelto todo más accesible. Te podés contactar con alguien muy groso por Twitter o Telegram y seguramente se cope en hacer algo. Se trabaja el concepto de comunidad desde un lugar más consciente y agradecido. Todos son emprendedores así que saben el esfuerzo que implica materializar una idea. A su vez, con el enorme alcance que tienen las redes sociales se puede hablar a un público mucho más amplio, en menos tiempo. Lo que se ha complicado un poco son los recursos físicos al momento de hacer una muestra. Los artistas ya no caen con un cuadro pintado… sino con un archivo que vos tenés que reproducir en tablets, tvs, proyectores… algo muy caro para nosotros como argentinos, que encima quedan viejos en dos minutos!. En este sentido es donde la gestión aparece en su máxima expresión: tenés que contactarte con todos tus conocidos para conseguir soportes (y no estar pagando alquileres por cada muestra).
NC: ¿Consideras que las expectativas creadas por las plataformas que comercializan arte digital, respecto de la posibilidad que un creador pudiera dedicarse a producir arte y vivir de ello, son realistas a mediano plazo?
JF: La verdad que no tengo la bola de cristal, no sé qué puede llegar a pasar en el futuro. Como dice Matías Belgrano en su libro “El Gesto Criptográfico”, las criptos se presentan como el Dios Jano de dos caras. Por un lado parece ser una propuesta prometedora de descentralización y caída de los grandes regímenes que moderan nuestra vida (como los bancos, los políticos, etc), pero por otra parte, aparecen los programadores y desarrolladores ocupando ese lugar y la ecología derritiéndose. Se trata de una estafa piramidal? Acaso no lo es todo? Hasta donde yo sé, algunos siempre se llevan el pedazo de torta más grande dejando a otros sin nada, sino cómo se explica el gran problema mundial que es la pobreza?
En fin, creo que este giro de los NFT propone no solamente poder vivir de tu obra en la virtualidad sino avivar al arte contemporáneo a valorar su trabajo, a empezar a cobrar regalías, a colaborar con el otrx. Pensándolo ahora, también propone bajar del pedestal la obra de arte transformándola en un activo digital y al artista en un creador o creator. Un activo digital puede ser una foto, la entrada de un evento, las escrituras de una casa… ahora todo tiene el mismo valor ante el mercado. De hecho, los compradores o “collectors” son los que tienen el poder del valor simbólico. El acto de comprar ya es una obra de arte en sí misma.
Desde mi humilde lugar espero que sí, que sea una nueva posibilidad de mercado, especialmente para aquellos artistas que trabajan con obras digitales que son tan reproducibles como poner “guardar imagen como” y chau. Me da más temor el futuro del sistema tradicional del arte contemporáneo y sus artistas.
Obra digital de los artistas @julian.brangold y @nivvvo.
Interesante entrevista que presenta conceptos innovadores en el arte y también en la forma de abrir espacios para quienes dedican su tiempo de vida a las diferentes expresiones artísticas actuales. El campo de lo digital como bien dice la nota se trata de una herramienta de doble filo que puede beneficiar al autor; como puede volverse en su contra limitándolo nuevamente. Como escritora, autora de géneros diversos, apoyo la autogestión; siempre quise que el autor pudiera ser realmente independiente de los factores que no le permiten recibir «las regalías» por su trabajo sea creativo o intelectual. Relaciono el arte en general con la expresión literaria y la importancia de contar con espacios abiertos a la libre mostración de las obras. Hijas del Arte, cumple con el ideal de brindar un sitio, un espacio abierto, amplio y de permanente actualización, de renovación. Mis felicitaciones a Jana Fanjul y a Novedad Cultural por la entrevista que le permitió a la artista visual y gestora cultural mostrar lo más nuevo dentro de la actividad creativa y de inserción en el difícil mundo de las relaciones humanas.