Es muy común que muchas personas lleguen a fin de año con una sensación de agotamiento físico, mental y emocional que parece imposible de combatir. Este fenómeno, conocido como burnout de fin de año, afecta tanto a estudiantes como a trabajadores de todo tipo que han acumulado el cansancio de meses de esfuerzo y estrés. La buena noticia es que existen maneras de identificarlo y, sobre todo, de gestionar este agotamiento para cerrar el año de manera saludable.
¿QUÉ ES EL BURNOUT?
El burnout es un tipo de estrés que aparece principalmente en ambientes laborales, de estudio, o en actividades que requieren atención y esfuerzo constante. Es habitual que a medida que se acercan las últimas semanas del año, el cansancio acumulado y la presión por cumplir metas hagan que este desgaste se intensifique. La sensación de no dar abasto, la fatiga constante y la falta de motivación son algunos de los síntomas que caracterizan el burnout de fin de año.
¿CÓMO PODEMOS RECONOCERLO?
El primer paso para combatir el burnout es identificarlo. Entre los síntomas más comunes, destacan:
- Cansancio extremo: Una sensación de agotamiento físico y mental que no desaparece con las horas de sueño y el descanso del fin de semana.
- Dificultad para concentrarse: La mente se dispersa constantemente y las tareas simples empiezan a parecer cada vez más desgastantes e imposibles de completar.
- Irritabilidad y cambios de humor: La paciencia disminuye y las emociones pueden intensificarse.
- Pérdida de motivación: Lo que antes resultaba emocionante, desafiante y motivador empieza a parecer una carga.
- Problemas de sueño: Dificultad para conciliar el sueño o despertares nocturnos.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA ESTAR MEJOR?
Aunque el burnout de fin de año es un problema frecuente, existen estrategias efectivas para sobrellevarlo y encarar los desafíos del cierre de ciclo de una manera más positiva:
- Establecer prioridades y delegar: No todo debe hacerse antes de fin de año; enfocarse en lo esencial y delegar o postergar el resto, es mucho más saludable que exigirse demasiado y frustrarse por no cumplir las metas.
- Establecer límites viables: Intentar abarcar más de lo que podemos manejar, es una de las causas de mayor estrés a fin de año.
- Desconectarse un poco de las redes sociales: El uso constante de dispositivos no solo nos mantiene en estado de alerta y disponibilidad constante, sino que nos distrae de enfocarnos en el momento presente, algo indispensable para combatir el burnout.
- Tomarse un descanso real: Una maratón de Netflix puede sonar muy tentadora, pero aprovechar el tiempo libre para realizar prácticas recreativas y al aire libre es la mejor opción para revitalizar la mente y el cuerpo.
- Practicar técnicas de relajación: El mindfulness, la meditación y los ejercicios de respiración son excelentes opciones para reducir el estrés y mejorar el bienestar.
- Consultar un especialista: es un fundamental realizarse un chequeo para asegurarse de que los síntomas no estén relacionados además con falta de vitaminas u otra condición médica o psicológica.
El burnout siempre es señal de que el cuerpo y la mente necesitan un respiro. Estar atentos a como nos sentimos y reconocer los síntomas es fundamental para poder aplicar estrategias de autocuidado y evitar terminar el año completamente agotados. Con algunos ajustes en la rutina diaria, es posible cerrar el ciclo con energía y bienestar, listos para afrontar los desafíos del próximo año.