La nueva serie del gigante del streaming Netflix: «Criminal» se basa en casos policiales y, más puntualmente, en los interrogatorios que se le hacen a los sospechosos sobre diversos actos delictivos. Pero lo nuevo de esta producción original de Netflix es que permite que el espectador elija, a partir de un guión similar, los actores, el país y el idioma original, ya que cuenta con cuatro versiones diferentes: «Criminal Alemania», «Criminal Francia», «Criminal España» y «Criminal Reino «Unido»; con 3 episodios cada una.
La estructura de cada capítulo es similar: narra un caso policial que comienza y se resuelve en los 40 minutos que dura la serie. El acusado que se encuentra en la sala de interrogación, a veces con la compañía de su abogado, es abordado por una pareja de policías o detectives, quienes le realizan las preguntas sobre el caso en cuestión. Detrás del gran vidrio clásico que se ubica en una de las paredes de la sala, se encuentra el líder de la investigación que será quien tome las diversas decisiones, a lo largo del episodio, para atrapar a los culpables.
Lo único que tienen en común estas cuatro series es la sala de interrogatorios (ubicada realmente en España) que es el lugar en el cual se desarrolla la mayor parte de la trama. Esta sala de interrogación es un ambiente cerrado, con cámaras y micrófonos, en el cual se presiona a los sospechosos, incluso a partir de pistas falsas, a tal extremo que se los lleva a contar cosas que sorprenderán a los espectadores de la serie. En algunos momentos de un mismo episodio sentirán empatía con los acusados, en otros bronca, compasión, etc.
Una ventaja de la serie es que cada episodio se puede ver sin continuidad ya que no están conectados respecto a los casos que cuentan aunque si en lo que tiene que ver a las relaciones entre los compañeros de trabajo. Por otro lado, como crítica negativa, la serie termina siendo recurrente en la trama que utiliza y se vuelve monótona pasados un par de episodios.
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