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«HABITACION MCBETH»: UNA ODA AL DOMINIO CORPORAL

Shakespeare es sinónimo de clásicos en la esfera teatral. Sus tragedias con el poder en el centro de la escena, vuelven a sus personajes eternamente actuales. 

La sed de protagonismo, la ambición y la miseria son no solo moneda corriente para los reyes de aquellas épocas sino también en políticos y familiares con los que tratamos todos los días.

 Reyes, fantasmas, y por qué no brujas a las que no puede definírsele género por su bestialidad, son algunos de los siete personajes que Pompeyo Audivert encarna de una manera visceral.

Fuente: telam

Colocando la esencia del escritor inglés en una dimensión que desborda la interpretación sobre un escenario. El cuerpo al servicio de un parlamento cargado de ambición y oscuridad. 

En su adaptación Versión para un actor, Audivert juega con la metáfora de romper el espejo, haciendo al público partícipe de las voces que suben desde abajo de las lápidas de las actrices de Hécate, que harán todo lo posible para mantenerse sobre la tierra, así deban ser cómplices de un crimen teñido por la traición.

Fuente: tiempoar

Su recorrido por los siete personajes de la obra, va más allá de lo que conocemos como actuación. Lo que el protagonista y director hace en escena se trata de una metamorfosis que recorre cada parte de su cuerpo, una corporalidad que muta a cada instante volviendo cada escena un acto de posesión por la ferocidad de los personajes.

Con tan sólo una túnica y un dominio de voz destacable Pompeyo se agranda con la grandeza de un rey, incluso siendo caballo y jinete a la misma vez. Pisa y seduce con la ferocidad y delicadeza que una mujer con ganas de ser reina lo haría. Y se pasea en la indefinición de las voces tétricas de la conciencia encargadas de concretar lo actos inesperados.

Fuente: claroscuros.net

La puesta en escena es mínima pero funcional hasta el último detalle. Marcos y espejos ayudan a construir imágenes que complementan la profundidad del texto. Un elemento esencial es la música en vivo de Claudio Peña, quien con su violonchelo construye el ambiente perfecto para una mente que deja la cordura cada vez más atrás.

Jordan
Fuente: laagenda.buenosaires

Vaticinios, traición y sangre que se queda en el alma vuelven los 80 minutos de Habitación Mcbeth un viaje de tensión permanente hacia los lugares más oscuros del deseo humano, pero también una clase de actuación, con un Pompeyo Audivert que escena a escena pone la vara cada vez más alta.

 Habitación Macbeth puede verse en el Centro de la Cooperación de Sábados ( 20hs) a Domingos (19hs) Hasta el 29 de Agosto de 2021.

Entradas adquiribles en http://www.alternativateatral.com/obra74405-habitacion-macbeth

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