Conocido también como «El arte de estar presente», trae beneficios tanto para el bienestar físico como emocional.
Quienes han tenido el placer de experimentar la práctica del mindfulness, rápidamente lo han incorporado a sus rutinas, y progresivamente convertido en un estilo de vida. Y es que la praxis del mismo, deja rasgos estables y permanentes en la persona.
El mindfulness es un técnica proveniente del budismo que data de 2.500 años a. C, cuyo principal objetivo es lograr la atención plena centrando la mente en el presente. Este método suele aportar muchísimos beneficios tanto en lo físico como en lo mental / emocional, ya que logra hacernos llegar – luego de una correcta práctica, siempre basándonos en la paciencia – a un estado de serenidad, calma y paz, que rara vez logramos en el mundo tan convulsionado en el que vivimos.
Esta habilidad tan practicada hoy en día en Occidente, ayuda a disminuir aquellos pensamientos intrusivos y obsesivos, y regula la distracción, por lo tanto, la preocupación en nuestros cuerpos y mentes comienza a disminuirse. Además de ser una de las mejores destrezas que podemos incorporar a nuestras vidas por su impacto en nuestro sistema nervioso, también es importante conocer que en tanto a lo mental, lejos está de quedarse afuera; logra alcanzar una mayor gestión en cuanto a nuestras emociones. Luego de habernos inducido en el mundo del mindfulness, podremos reconocer e identificar las emociones, tanto buenas y malas que se presentan, y abordarlas de la manera más correcta posible.
Son múltiples las razones para empezar y muchos los beneficios que presenta. Es por eso que queremos brindarles tan solo algunos ejercicios básicos con los que comenzar.
EJERCICIOS BÁSICOS PARA COMENZAR EN EL MUNDO DEL MINDFULNESS
- Tener un despertar conciente. ¿A qué nos referimos con esto? Antes de levantarnos de la cama cada día, dedicarle unos segundos a nuestro cuerpo, a la respiración y a nuestros sentimientos. Preguntarnos cómo dormimos, qué tan efectivo fue nuestro descanso y qué nivel de energía tenemos.
- Respiración, la base del Mindfuless. La respiración es la clave de esta práctica y la que nos guiará en todo el proceso. Lo principal es recostarse en una superficie plana – de lo posible cerca del suelo -, luego, debemos colocar una mano a la altura de nuestro corazón, y otra a la altura del estómago. Cerrar los ojos, tomar aire por la nariz y una vez nuestro vientre esté hinchado, llevar ese aire a nuestro pecho, luego, expirar suavemente. Es ideal repetir este proceso varias veces al día.
- Gestionar y reconocer emociones. A lo largo de nuestro día a día nos encontramos con muchos sucesos que logran irrumpir en nuestra mente, y nos alejan de la paz y bienestar que nos merecemos. Aprender a gestionar todas las emociones, y saber cómo manejarlas es la clave del bienestar, los ejercicios de respiración y meditación nos ayudarán a eso.
- Vaciar nuestra mente. Todas aquellas emociones que no son positivas, que nos incomodan y molestan, debemos sacarlas de nuestras mentes. Obviamente no es una tarea fácil, nuevamente una respiración conciente, unos garabatos en un cuaderno, diez minutos de despejarse y hacer a un lado todo eso, pensando en otra cosa, nos beneficiarán y harán lugar para que la luz entre en nosotros, nos saque aquello negativo y nos haga encontrar la serenidad, conciencia y felicidad.
- Autoconocimiento, conectar con el yo interior. Esta vida tumultuosa y revuelta suele hacer que nos olvidemos de nosotros mismos, por más superficial que suene. A veces, ignoramos las señales que nos da nuestro cuerpo diciendo «algo anda mal». Aprender a escucharnos, conocernos y cuidarnos es sumamente importante, al cuidar nuestra mente, cuidamos nuestro cuerpo, y cuidamos nuestra salud, que es siempre lo primordial.
- Fuente: Fundación San Rafael.
https://fundacionsanrafael.org/ejercicios-basicos-mindfulness/https://fundacionsanrafael.org/ejercicios-basicos-mindfulness/