La terapia floral es un proceso acompañado por las flores de bach, una serie de esencias naturales que se usan para tratar diversas situaciones emocionales como miedo, soledad, frustración, desesperación, estrés y hasta depresión. Fueron descubiertas por Edward Bach, medico e investigador en 1926. Este tratamiento se encuentra en el grupo de las terapias alternativas, pero muchos la consideran un complemento que se utiliza para enfermedades físicas o psicosomáticas, así como para trastornos psicológicos o emocionales.
Saliendo de la definición formal, es importante entender que las flores de bach actúan en nuestra estructura energética para darnos equilibrio a las emociones. Se trata de remedios vibracionales y 100% naturales, cualidad que las vuelve muy beneficiosas, ya que, no generan efectos adversos como lo hacen algunos medicamentos bajo receta. La mente esta todo el tiempo preocupada y conectada con un futuro, y eso nos estresa y drena la energía, lo que reduce nuestra capacidad de responder a las pequeñas cosas, por no vivirlas en el presente.
Las flores de bach generalmente acompañan procesos de cambios desde un espacio de escucha activa con empatía y respeto. Esta terapia se trabaja desde el presente, aunque también puede acompañar procesos traumáticos del pasado. Esto no significa que las flores sean un reemplazo para la psicología tradicional u otro tipo de terapias, sino que actúan como complemento. Este proceso muchas veces es acompañado de prácticas como el yoga y la meditación, ya que, estos ejercicios comparten un mismo objetivo, alcanzar un estado de paz mental y gozar de salud tanto emocional como física.
La terapia floral no sigue un proceso lineal, sino que se adecua a cada paciente y cada situación particular. Quienes acompañan el proceso son los terapeutas florales que no necesitan poseer un título universitario para practicar esta terapia, solo estar certificadas por un curso. Aunque uno logre identificar internamente que emociones necesita tratar, nunca podrá ser del todo objetivo, acá es donde entran en escena los terapeutas.
El proceso es similar al de la terapia convencional, consiste en una entrevista en profundidad entre el paciente y el terapeuta para conocer qué esencias son las adecuadas para su problema, ya que el profesional será capaz de determinarlas de manera más subjetiva e indagando hasta llegar al problema de base, y conseguir poner así en equilibrio nuestro cuerpo y nuestra mente.