“El viejo mundo muere, el nuevo tarda en aparecer y en ese claroscuro surgen los monstruos”, simple pero poderosa, la frase de Antonio Gramsci describe a la perfección la esencia de «El reino», esta serie que invita a indagar en los rincones más corruptos de las instituciones argentinas y porque no, del mundo.
El reino está protagonizado por Diego Peretti, Mercedes Morán, Chino Darín, Nancy Dupláa, Joaquín Furriel, Peter Lanzani, Vera Spinetta y un gran elenco de actores argentinos que le dan vida a cada uno de los enigmáticos personajes que conforman este thriller escrito por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro, quien además debutó como director en 6 de los 8 capítulos de la miniserie de Netflix.
La historia retrata al pastor Emilio Vázquez Pena (Peretti) candidato a vicepresidente de la Nación quien, junto a su esposa, la pastora Elena Vázquez Pena (Morán) dirige la Iglesia llamada El Reino de la luz. Una serie de eventos fortuitos pone al pastor frente a la candidatura presidencial, ya que, su compañero de fórmula es asesinado a sangre fría en medio del cierre de campaña. La trama gira entorno a las causas que llevaron al asesino a realizar su cometido, que no fue del todo acertado.
El gran trabajo de producción se ve reflejado en las horas de rodaje, las múltiples locaciones, el vestuario específicamente confeccionado para la serie entre muchos otros detalles como el hecho de tener que readaptar varias escenas a causa de la pandemia.
La corrupción, la muerte, y la religión son tres componentes que se entrelazan para contar esta historia tan retorcida como atrapante cuya trama crece capítulo a capítulo dejándonos con ganas de más. Este rompecabezas está perfectamente dispuesto para dudar de cualquier personaje.
El Reino promete poner nuestro mundo de cabeza, invitándonos a cuestionar toda norma establecida. En el marco de las futuras elecciones, esta serie no solo abarca las cuestiones de corrupción política que estamos acostumbrados a ver, sino que también le agrega un ingrediente extra que posee muchas tonalidades oscuras, la Iglesia. Resulta irónico y hasta un poco poético que la Iglesia que dirige el pastor en la ficción se llame “El Reino de la luz” cuando aquella no hace más que oscurecer el panorama.