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ENTREVISTA A ADRIANA MARINA: “HAY QUE SABER RELACIONARNOS CON LA NATURALEZA DE TAL MODO QUE LAS FUTURAS GENERACIONES TAMBIÉN PUEDAN DISFRUTAR DE ELLA”

El consumo desmedido en el que estamos inmersos actualmente trae consecuencias no solo a nivel ambiental sino también económico y social. Nos parece atroz, nos ensucia la conciencia, queremos hacer al respecto, pero estamos cómodos en la burbuja del consumismo que hace funcionar al mundo y acabará por destruirlo. Carecemos del conocimiento necesario como para sentirnos incómodos entre tanto desastre artificial, y nos hace falta aprender, porque de la incomodad surge el cambio.

Adriana Marina es la fundadora de Animaná y la ONG Hecho por Nosotros, proyectos que impulsan un nuevo movimiento de moda con el objetivo de crear una red que involucre a todos los actores de la industria fabricando productos de manera sostenible y ética. En conversación con Novedad Cultural, Adriana compartió su experiencia en el ámbito de la moda sustentable.

NC – Además del cuidado del ambiente, ¿qué beneficios tiene el consumo de moda sustentable? 

AM –  Sustentabilidad es observar profundamente la naturaleza, vivir bajo sus leyes, en este escenario todo es posible. 

Como parte de la naturaleza los seres humanos debemos recordar que somos invitados a este planeta y no los dueños. Es ser parte viva de sus leyes, ¡nuestras leyes! bajo esta premisa la evolución del crecimiento no tiene límites. Es el cuidado y el respeto del medio ambiente, de las personas, pero es también la forma de dialogar como sociedad, poder intercambiar bienes y servicios. Son tres aristas que se comportan de manera simbiótica y sin ellas el concepto de sustentabilidad no se cumpliría. Debemos pensar en sistemas y en modelos holísticos. 

La moda sustentable se fundamenta en la naturaleza, es parte de ella, como lo somos nosotros. Elegirá la utilización de energías renovables, la reincorporación y reutilización de la merma de esta u otras industrias y el manejo correcto de los residuos. Además, por su arista humana, asegurará un pago justo por los servicios de todos los componentes de la cadena, la accesibilidad a la conformación de nuevas micro y medianas empresas y la trazabilidad en las cadenas de valor que son modelos que favorecen al desarrollo local. La tecno estará al servicio de crear una línea de diálogo entre todos los actores y el consumidor. 

NC – ¿Qué te inspiró a crear una marca como Animaná en tiempos en los que no se hablaba de moda sustentable? 

AM -Tuve la suerte de nacer y crecer en la Patagonia, en la naturaleza salvaje, ella fue mi maestra. Desde muy pequeña, gracias a mi abuela, aprendí a apreciar la naturaleza. Entendí la importancia de cuidarla, preservarla, y saber trabajar con ella y para ella. Animaná surge en primer lugar como respuesta a esta intuición que he cultivado desde pequeña. Por ello, para mí una industria que no tome en consideración esta visión y sentir del mundo, creo que no sabe toda la riqueza que pierde. Animaná es la apuesta por este proyecto de trabajo con la naturaleza, y no en contra de ella. 

Otro elemento crucial que corre por las venas de Animaná lo constituye el reconocimiento del valor incalculable que las comunidades andinas tienen para el mundo. Para nadie es un secreto que vivimos en un mundo que sigue girando en torno a visiones occidentalizadas. Animaná, a través de los diseños y calidad de sus productos, busca abrir una ventana a la riquísima cosmovisión andina. Existe una sabiduría que no aún no ha sido debidamente sopesada, la que tienen por entregar estas comunidades. Mi trabajo no solo se enfoca en la revaloración de esta sabiduría, sino también en la organización de una industria que genere modelos de trabajo justos para ellas.  

NC – ¿Qué desafíos tuviste a la hora de concretar dos grandes proyectos como Animaná y Hecho por Nosotros?

AM – El gran desafío de cómo hacer que la colaboración funcione entre las personas de diversos ámbitos, este diálogo entre productores, artesanos, diseñadores, comunicadores, compradores de empresas, gobiernos, jóvenes profesionales. 

El mayor desafío fue animar a diversos sectores de la industria a un cambio de paradigma. Lo que nosotros soñamos es generar   un cambio de paradigma, un sistema alternativo que fuera prueba de que es posible, lo que ciertamente implicaba una recombinación de los conceptos y valoraciones que se manejaban hasta ese entonces. En ese sentido, al inicio tuvimos que generar muchos espacios de diálogo y de renegociación de significados de modo que se pueda comprender la viabilidad del modelo circular que proponemos a la industria. ¡Fue un proceso bastante demandante, pero del cual disfrutamos y aprendimos muchísimo! 

Luego de esto, vino la implementación del proyecto con todos sus aspectos logísticos. Desde la distinción entre las diversas modalidades de tejeduría hasta la reorganización de las cadenas productivas para afrontar las nuevas demandas, todo esto fuimos lográndolo paso a paso. Gracias a toda esta experiencia, hoy somos lo que somos. Generar este puente entre productores de fibras naturales, artesanos, empresas locales, hemos probado que el modelo circular es una forma de hacer industria de manera sustentable y rentable.  

NC – ¿Cuál pensas que es el punto en común entre ambas organizaciones? 

AM- Ambos proyectos están pensados desde la perspectiva de brindar soluciones inteligentes y creativas a los diversos problemas que existen en sus correspondientes campos. A través del planeamiento de estrategias de design thinking y administración ágil, buscamos contextualizar las soluciones teóricas que tenemos frente a los problemas que manejamos.  

Animaná es el motor que se encarga de mover los recursos y talentos necesarios para gestionar soluciones tangibles bajo un modelo sustentable en la industria fashion, mientras que Hecho por Nosotros ofrece un espacio donde diversos profesionales y académicos nos ayudan a compartir y esparcir esta visión de una industria que vaya de la mano con la protección de la naturaleza. En ambos casos, todos nuestros colaboradores, además de tener mucho talento, tienen mucho corazón. Esto es lo crucial para nosotros.  

NC – Es una realidad que los rangos de precios que ofrece una marca de indumentaria sostenible son distintos a los que un consumidor habitual del fast fashion está acostumbrado. ¿A qué se debe esa diferencia de precios entre una marca y otra? ¿Qué mensaje le darías a ese público consumidor que pone en duda a las marcas sustentables en este aspecto? 

AM – El ser humano es un ser de costumbres y hábitos. Eso siempre lo tengo presente. En Animaná somos conscientes que el público está acostumbrado a cierta forma de consumo. Esto nos pasa a todos. Cuando alguien presenta un cambio frente a una forma de consumo, la primera reacción es de rechazo. Eso es natural. Creo, sin embargo, que una vez que se comprende las consecuencias de nuestras formas de consumo, nos abrimos a la búsqueda de otras posibilidades.  

Nuestro modelo de trabajo presenta, en ese sentido, otra perspectiva, otra opción. Es una forma de participar de la industria fashion teniendo en mente la conservación de nuestros recursos naturales. Y, así mismo, es una forma de revalorar el aporte y cosmovisión de las comunidades andinas. Este proyecto, que sabemos es ambicioso, busca generar una industria verde, y, por otro lado, más consciente culturalmente.  

El esfuerzo requerido para gestar todo lo que implica este proyecto genera costos adicionales a los que estamos habituados. Sin embargo, estos costos, a la luz de una visión de largo plazo, al igual que tomando en cuenta una mejor redistribución de las riquezas, se muestra como siendo menor cuando se los compara, bajo los mismos parámetros, con el fast fashion. La pregunta que necesitamos hacernos es, ¿deseamos seguir disfrutando de la industria fashion? Si la respuesta es afirmativa, entonces no podemos continuar con ella sin respetar a la naturaleza y a las comunidades que la sostienen. Necesitamos crear una simbiosis saludable entre la industria y la riqueza de nuestros recursos naturales.   

NC – Por tu trabajo y vocación tuviste la posibilidad de intercambiar visiones con líderes de la moda y sustentabilidad a nivel internacional. ¿Crees que otros países están avanzados en cuanto al consumo responsable?  

AM – Estoy convencida de que estamos avanzando como sociedad global. Poco a poco todos estamos despertando a esta visión de sustentabilidad y economía circular de la cual nunca debimos desprendernos, ahora debemos regenerar nuestros sistemas. Creo que es cuestión de tiempo para que todos nos sumemos a esto. Y estoy segura de que en el futuro cercano habrá nuevas soluciones innovadoras para continuar en esta dirección de equilibrio entre la industria y el medio ambiente. Esperamos continuar poder ser parte de esto para ese entonces. 

Hasta la fecha venimos logrando establecer muchas conexiones importantes con agentes cruciales para el cambio de la economía. Tenemos alianzas con Ashoka, Fundación C&A, Cordes, Sistema B Microsoft, Fundación Ikea, entre otros. Así mismo, actualmente contamos con el estatus de organización consultiva en la ONU.  Todo esto nos ayuda a continuar gestando esta visión que queremos compartir con el mundo.  

NC – En un contexto en el que el fast fashion sigue pisando fuerte y el consumo es cada vez más excesivo, ¿qué te parece que debería suceder para que tomemos conciencia y nos inclinemos hacia el consumo sustentable?

AM – Como decía antes, creo que somos seres de hábitos y costumbres. Muchas veces no vemos lo que ocurre detrás de las cadenas de nuestros consumos. El público es inteligente. Lo que ocurre es que no se le muestra con claridad las consecuencias a las que nos está llevando el fast fashion. Es un poco como cuando alguien consume alimentos poco saludables. Hay muchos estudios que evidencian que cuando se nos muestra lo perjudicial que puede ser esto, empezamos a generar cierta reticencia de consumirlo. Es decir, vamos gestando una nueva conciencia. Lo mismo ocurre en este caso, el público aún no ha sido debidamente socializado con la idea de una moda sustentable. Para eso estamos trabajando, para hacer que esta idea se siga compartiendo y ayude a gestar mayor consciencia. Esperamos que poco a poco más agentes se sumen a este gran proyecto.  

NC -Tu dedicación y persistencia inspiran a miles de personas día a día a aportar el granito de arena que necesitamos para generar el cambio. ¿Qué te inspira a seguir apostando por un mundo sustentable? 

 AM – Veo que hay mucho por hacer. Como te comentaba al inicio, yo estoy convencida que las experiencias son transformadoras. En mi interacción con la naturaleza y las comunidades andinas, la vida me ha permitido comprender la importancia de trabajar por un mundo sustentable donde se revaloren todos los aportes culturales de las distintas comunidades. Es esta experiencia que quiero compartir con el mundo.  

En un escenario de transición tal como en el que estamos, las jerarquías tradicionales comienzan a resquebrajarse para dar lugar a nuevos sistemas. La construcción de capacidad es, por lo tanto, menos sobre transferencia de conocimiento y más sobre aprender juntos y con crear nuevos patrones y estructuras que puedan servir al surgimiento de un nuevo sistema de influencia. 

Creemos en construir capacidad a través del diálogo y la con creación transdisciplinarios, juntando a las grassroots con redes globales para explorar y aprender juntos. 

En mi camino vengo conociendo gente estupenda de diversas áreas. En conjunto, colaborando logramos experiencias transformadoras internas que se reflejan en el exterior. Un mundo donde la economía, la tecno es un medio al servicio del ser humano, la sociedad global y nuestro planeta.  

Que sepamos relacionarnos con la naturaleza de tal modo que las futuras generaciones también puedan disfrutar de ella.  Todo esto es un gran aliciente para continuar trabajando. Somos un equipo, desde lugares diferentes, productores, artesanos, empresarios, economistas, diseñadores, comunicadores, expertos en cadenas de valor, en temas legales todos reunidos dirigido a una meta en común.  Todo esto es lo que me inspira.

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