Hace dos semanas realizamos una nota en la que contábamos el duro presente que está viviendo el teatro en la Ciudad de Buenos Aires. Pero no solo el teatro padece las restricciones de la cuarentena. Los cientos de restaurantes del país también son testigos y víctimas directas del Covid-19.
Tuvimos la oportunidad de realizarle una breve entrevista a un encargado de uno de los restaurantes más conocidos de la Ciudad de Neuquén que, por razones personales, pidió no dar su nombre en esta nota.
— ¿Cómo están viviendo la pandemia?
— Dos palabras: Incertidumbre e impotencia. Ya antes de la pandemia veníamos con problemas. Lo que hizo esta pandemia fue cortar los tiempos. Es muy triste ver a colegas con muchos años de trayectoria cerrar las puertas y decirles a los empleados que no va más. Estamos de acuerdo en que hay que cuidarse, pero lo que no se entiende es la disposición de normas para bares y restaurantes. No dejar que los clientes ingresen a almorzar y cenar incluso cumpliendo con las normas de seguridad.
— ¿En qué consisten esas normas de seguridad?
— Retirar el 50% de las mesas para respetar las distancias, el uso de barbijo de todo el personal, el uso de alcohol en gel en todo los que se toque y se le acerque al cliente, el retiro de mantelería, todo lo que es de tela utilizando servilletas descartables, etc.
— ¿Les propusieron algo para volver a la actividad?
— Nos propusieron el delivery y el take-away pero no nos sirve. Es un 10% o un 20% como mucho de la facturación que se hacía con el restaurant abierto.
— ¿Cuántos pedidos reciben promedio por día?
— Estamos haciendo entre 12 y 16 pedidos por día. Hay que tener en cuenta que cada pedido es un promedio de $1200 por cubierto. Uno dice no está tan mal, pero cuando ves la recaudación que se hacía antes ahí ves que estamos en un 10% de lo que se recaudaba normalmente.
— ¿En Neuquén les permitieron abrir las puertas de los locales gastronómicos a los clientes?
— En un momento se nos permitió abrir al mediodía pero fue muy poco tiempo. Teníamos un pequeño flujo de comensales que sumaban a una recaudación más respetable. Ayudaba mucho. Pero la medida duró unos días ya que los casos de coronavirus en Neuquen se incrementaron pero ninguno en el rubro gastronómico. Fue todo en cárceles, en juntadas privadas y en hospitales. Ninguno en restaurants o bares.
— El restaurant en el que estas es uno de los históricos de Neuquen. Supongo que los ahorros que tienen les permite seguir en actividad ¿no?
— Si. El restaurant tiene 34 años. Es conocido por todo aquel que va al sur a esquiar o de vacaciones. Tiene clientes de muchos años. Mayoría de gente grande que también es un problema que nos acarrea a nosotros porque es toda gente mayor de 50 años que formalmente vienen a almorzar o a cenar.
— ¿Sabes de algún otro restaurant histórico de Neuquén que haya tenido que cerrar sus puertas?
— Históricos como nosotros hay dos muy importantes. Uno cerró definitivamente y el otro cerró de manera momentánea. Después te diría que un 70 u 80% de bares y cervecerías están con las persianas bajas.
— Tengo entendido que hay locales que tuvieron que buscar nichos para arreglárselas…
— Hay cervecerías que están haciendo pizzas y empanas y hay un par que pusieron en el mismo local verdulerías para que los mismos empleados se puedan manejar y repartirse las ganancias para no tener que despedirlos.
— ¿Cuánto empleados tenían en actividad antes de la pandemia y cuantos trabajan actualmente en el restaurant?
— Eran 14 empleados y quedaron 7 incluido yo. De los 7 que quedaron afuera el primer mes que fue entre Marzo y Abril que no trabajaron se les pagó igual, después el resto lamentablemente no. Quedaron fuera del circuito.
— ¿Cuánto tiempo más piensan que pueden aguantar así?
— Uno está viendo que esto va para largo y estamos apostando a que pase el invierno y se puedan poner sillas afuera y que se abra un poco más el tema del aislamiento. Esto es un día a día en el que las reglas cambian continuamente. Hoy conviene más tener cerrado el restaurant y no abierto. No se puede estar mucho tiempo más sacando plata del bolsillo de uno para bancar el local.
— ¿Qué pensas que pueda pasar en la post-pandemia?
— Yo creo que nada va a volver a hacer como era antes. Por lo que se habla acá la reactivación de este rubro va a ser muy lenta, por miedo, por la situación económica que deja esta pandemia. Por las deudas que hoy son flexibles pero va a llegar el momento de tener que afrontarlas hablando de alquiler, de gas, de luz, de empleados.
Como decía nuestro entrevistado el sentimiento que abunda en cada uno de los que afecta de manera directa la cuarenta es la incertidumbre de no saber lo que viene después y la impotencia de no poder hacer nada al respecto. Esta es una de las tantas realidades que abunda a lo largo y ancho de la República Argentina.